En un mundo de tentaciones doradas
que acaban pudriendo tu boca.
En un mundo de labios carnosos,
jugosa carne,
que envuelve el deseo con papeles demasiado finos.
En un mundo de palabras seleccionadas
por sus cualidades numéricas.
En un mundo de olores,
gestos y demasiado mimo.
En un mundo de monos ciegos,
mudos o sordos.
En este mundo con raíces de guerra
donde cuesta esconder los dientes.
En este mundo de gracias y por favores,
de pagos y ventas,
de latas enlatadas con fecha de caducidad.
En este mundo que crea y destruye
sus mitos y sus leyendas,
sargentos de hierros o muñequitas de lana.
En este mundo dormido
que bosteza cuando oye hablar del alma.
Es aquí donde ataron mis pies a la tierra
cubriendo mis labios con sus manos podridas
con olor a dinero.