Caminante

Tengo sueño, me dice.
y le observo ir,
tan despacio,
tan cruel.

Capas de vida
se desprenden de su rostro
y las hojas caen,
escritas
con letras de amor
que un día recitaba.

Sus ojos aun valientes,
vuelven a mirar
y ahora ven lo que no veían:
mi lágrima,
mi rostro
y su vida.

En la mesa
deja posado
el diario de su camino,
cuero viejo
y las dos monedas de plata.

Y el polvo,
amontonado en cama
con su silueta envuelta en frío,
tan frío,
tan poco tiempo.

Una esquina oscura,
el foco,
y la canción,
falsa melodía
las sirenas entonan.

Tengo que ir, me dice
y roza mi frente
con el dorso de su mano.

Dolor,
lo define todo,
al final eso queda:
dolor y olvido.

FANTASMAS

Sargentos de hierro,
criminales en serie,
lobos esteparios,
manipuladores de alimentos.

Fabricantes de humo verde,
payados desnudos,
fumigadores piratas y
poperas en serie.

Republicanos nacionalistas,
comunistas capitalistas,
criadores de hormigas.

Lectores del lecturas,
fulanas con o sin chulo,
monjas y sacerdotes.

Niñatas de todo tipo,
marujas y culebronas,
maridos de barra.

Políticos, empresarios
y el empleado del mes.

Listas inmundas colgadas en volcanes dormidos,
señalan el nombre de los coleccionistas de mierda,
trepadores de alma oscura y
mirada altiva.

Camuflados en la niebla de la ruidosa ignorancia
amasan los bienes de su adorada codicia.
Muriendo siempre en la mas pobre soledad.

POEticaMENTE Confuso

tu triste vida

Tambaleándome en las sombras de esta ciudad,
incapaz de encontrar la salida.

Alguien escupe su suerte en esta tierra sin dueño,
alguien que nunca aprendió a vivir.

Inventamos palabras
mientras apagamos los focos del mundo.

Opiniones que vuelan en un cielo comprado,
transformándose en nubes que sangre lloran.

Sobre suelo seco amontonan heridas,
que con tiritas doradas intentan tapar.

Mundo de monos no sabios,
escrúpulos quemados.

Ciudad de hombres tristes,
que destruye para arreglar.

En su cielo oscuro
crecen nubes de hierro.

Respirando la guerra
esperando el final.

Tabaleándome en las sombras del mundo,
vi mis alas flotar.

Relaciones humanas

- Agarras los bordes de mi sangrante herida
intentando juntar sus extremos,
¡no ves que aún llora
gotas negras!
Una mano ensangrentada y
la otra sujetando un rosario.
- Con tu cigarro encendido,
fumador expulsivo
quemaste mi débil brazo,
quebrando mi piel
con el rojo de tu frustración.
- Escupiste tus bilis sobre mi humo,
vomitando la rabia que tu alma guardaba.
Observando cómo el fuego llegaba a mis entrañas
abriste las puertas de casa,
dejando a la gente pasar.
Un grito,
un chasquido,
una bofetada
y mi brazo humeante lloraba entonces
roja sangre.
- Ahora, tras tantos relojes girados,
alguien sujeta los bordes de la herida
haciendo fuerza
para borrar el dolor.

"caminante no hay camino..."